Sindicales acusan al Gobierno de «desligitimar» a los gremios

En un almuerzo en Mar del Plata varios de los máximos sindicalistas del país se reunieron y establecieron una serie de puntos que rechazan de la gestión de Mauricio Macri


Los máximos dirigentes sindicales del país que participaron este jueves del asado organizado por el titular de la UTHGRA, Luis Barrionuevo, en Mar del Plata , repudiaron y pidieron la derogación de la reforma previsional, exigieron negociaciones paritarias «libres y sin topes» y se comprometieron a no apoyar la inminente reforma laboral, entre otros puntos.

El almuerzo se realizó en el hotel Presidente Perón del gremio de los gastronómicos donde estuvieron reunidos diferentes primeros representantes de los diferentes gremios como Hugo Moyano (Camioneros), Sergio Palazzo (Bancarios), Jorge Piumato (Judiciales), Omar Plaini (Diarios y Revistas), Horacio Valdez, (del vidrio y representante de las 62 Organizaciones Sociales Peronistas), así como Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, dos de los integrantes del triunvirato que dirige la CGT.

En el documento que se titula «Quien quiera oir que oiga» los diferentes gremialistas también manifiestan su apoyo y acompañamiento «activo» a las «organizaciones que declaren en conflicto» al tiempo que apuntaron a que el Gobierno «solo busca la deslegitimación de las organizaciones sindicales ante la sociedad para avanzar con rapidez sobre el salario y las condiciones de trabajo».

En este sentido, calificaron a la gestión de Mauricio Macri como «un gobierno de CEOs, directores, accionistas, dueños de empresas nacionales y multinacionales que en una clara afrenta a la ley de ética publica asumían sus cargos con total desparpajo conservando acciones e injerencias en sus empresas y beneficiando claramente de manera ostensible sus propios intereses».

Y enumeraron los efectos que, en su opinión, busca el Ejecutivo generar en el país: «Hacer perder el poder adquisitivo de jubilaciones y salarios, condonar y blanquear las deudas de los evasores, rebajar el sueldo de jubilados, pensionados y programas sociales, llenar las góndolas argentinas con productos extranjeros que conspiran contra el trabajo de los argentinos, endeudar el país de manera inaudita y hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres».

Para los sindicalistas, el «ataque» a los sindicatos proviene de «la construcción de un relato desde un lugar confortable» que «necesita un enemigo» en tanto que, aseguraron que «todo aquello que se opusiera era el pasado, era el peronismo, eran los sindicatos, mezclando en la comunicación situaciones de funcionarios, sindicalistas y algunos (por cierto, pocos) empresarios investigados por corrupción».

Por último, concluyeron en elaborar un «programa básico de coincidencias en cuanto al destino y modelo del país».

 

 

 

 

 

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